Acero para Hacer: estufas Ñuke
Acero para Hacer: estufas Ñuke
Durante 2019, 82 estufas y cocinas de Ñuke, fabricadas con materia prima de Ternium, llegaron a parajes de difícil acceso y considerados “enérgicamente vulnerables”, ubicados en la inmensidad natural de Corrientes, Córdoba, Salta y Jujuy.
Caminos de ripio, en ocasiones muy sinuosos; en otras, húmedos, inundados. Entre cerros, entre pastizales, debajo del sol tremendo o del viento inclemente que sopla por encima del enorme e inabarcable territorio argentino. Las zonas rurales del interior del país suelen estar muy aisladas de las grandes urbes.
En estos entornos viven pequeñas comunidades que, en ocasiones, no tienen todas las necesidades básicas -higiene, infraestructura, servicios- resueltas.
En casi todos los casos, no hay suministro de red de energía eléctrica ni de gas, haciendo que estas comunidades sean consideradas “energéticamente vulnerables”. Pero hay cuatro, ubicadas en las provincias de Corrientes, Salta, Jujuy y Córdoba que este año fueron beneficiadas y comenzaron a mejorar sus condiciones de vida. La llegada del acero, para darle uso a la biomasa, tuvo mucho que ver.
La matriz energética argentina está conformada, en su gran mayoría, por combustibles fósiles; situación que representa el desafío y las oportunidades para el desarrollo de las energías renovables, ya que la gran disponibilidad de recursos biomásicos en todo el territorio nacional son una alternativa eficaz ante al contexto de crisis energética local e internacional.
En 2015, Argentina promulgó la Ley 27.191 –modificando a la Ley 26.190– para fomentar la participación de las fuentes renovables hasta que alcancen un 20% del consumo de energía eléctrica nacional en 2025, dándole una especial importancia a la biomasa. Esta es una de las fuentes de energía renovable más confiables, es constante y se puede almacenar, lo que facilita la generación de energía térmica y eléctrica. Tanto por sus condiciones agroecológicas, como por las ventajas comparativas y competitivas de su sector agroindustrial.
En 2012 se creó el proyecto para la promoción de la energía derivada de biomasa, con el objetivo de incrementar la producción de energía térmica y eléctrica derivada de biomasa a nivel local, provincial y nacional, para asegurar un creciente suministro de energía limpia, confiable y competitiva. A la vez, también para abrir nuevas oportunidades agroforestales, estimular el desarrollo regional y contribuir a mitigar el cambio climático.
Con esta iniciativa en marcha y de entre 50 comunidades enérgicamente vulnerables de todo el país, fueron seleccionadas cuatro: Paraje Yahaveré, en Corrientes; Cerro Negro del Tirao, en Salta; Santa Bárbara, en Jujuy; y Paraje Pinto, en Córdoba.
Sus pobladores recibieron equipos de uso eficiente de leña para la cocción de alimentos, calentamiento de agua de uso sanitario y calefacción de viviendas. La empresa adjudicataria de la licitación, Ñuke, proveyó los 82 equipos previstos -cocinas multifunción, estufas y calefones- para viviendas y escuelas.
Con esta iniciativa en marcha y de entre 50 comunidades enérgicamente vulnerables de todo el país, fueron seleccionadas cuatro: Paraje Yahaveré, en Corrientes; Cerro Negro del Tirao, en Salta; Santa Bárbara, en Jujuy; y Paraje Pinto, en Córdoba.
Sus pobladores recibieron equipos de uso eficiente de leña para la cocción de alimentos, calentamiento de agua de uso sanitario y calefacción de viviendas. La empresa adjudicataria de la licitación, Ñuke, proveyó los 82 equipos previstos -cocinas multifunción, estufas y calefones- para viviendas y escuelas.
La entrega de las cocinas multifunción se complementó con capacitaciones para un uso seguro y eficiente, al tiempo en que se previeron seguimientos en el funcionamiento y mantenimiento adecuado. Estos equipos son una mejora en la salud, el confort y la calidad de vida, además de que resuelve las necesidades de energía térmica.
Esta intervención promovió el uso eficiente de la biomasa, el arraigo de los pobladores y demuestra la sostenibilidad y replicabilidad de la experiencia en otras comunidades con necesidades energéticas similares. En los artefactos entregados hay acero de altísima calidad, fabricado por Ternium, que permite el perfecto funcionamiento y su infinita reciclabilidad.
"Nos enorgullece haber participado de esta iniciativa que cuenta con la asistencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), habiendo facilitado nuestros productos a comunidades energéticamente vulnerables para que mejoren su calidad de vida", afirmó Marcos Dartiguelongue, director de Ñuke.
"Hace un año se acercó con esta propuesta de ayudar a las comunidades energéticamente vulnerables y los acompañamos porque nos pareció que engloba todo el accionar de ProPymes”, aseguró Ezequiel Tavernelli, director del programa ProPymes de Ternium, que en Argentina lleva 17 años de trabajo continuo con más de 900 pymes, entre proveedores y clientes.
Los artefactos de Ñuke parten de un acero laminado en caliente cortado en hojas, de altísima calidad y que permite tanto su perfecto funcionamiento como una infinita reciclabilidad. “Pero nuestro servicio como usina no termina con la entrega en la planta del cliente: ProPymes también trabaja en su productividad, para que que pueda competir con cualquier otro fabricante de cocinas del mundo y que pueda hacer un producto de calidad internacional. Trabajamos en su forma de producir, con asistencia en la planta. Si necesita una certificación, lo acompañamos. Si necesita ayuda para que un producto suyo ingrese a un mercado que no accede -en el caso de Ñuke, a Estados Unidos- también los acompañamos con éxito, acercando nuestros contactos, ofreciendo nuestras oficinas. Les brindamos ayuda para que pueda hacer algo mejor o algo más”, sintetizó Tavernelli.
Respecto al caso puntual de Ñuke, lo que atrajo la atención de Ternium fue la pasión que le imprimieron al intento de llegar a estas comunidades: “Su accionar reflejó los valores de ProPymes como programa de ayuda a la cadena de valor y también nos permitió acercar nuestro producto a las comunidades. Vimos con qué pasión se hicieron esos viajes a lugares de muy difícil acceso, con viajes de más de una hora de carreta, tractor, o mula. Se acercó el producto de nuestro cliente y de la mano llegó nuestro programa. Además nos permitió mostrar al acero como un producto sustentable que está en contacto con nosotros diariamente y que logra mejorar nuestra calidad de vida”, cerró Tavernelli.