José Fonrouge, director global de sustentabilidad de Ternium, participó de la jornada “Sustentabilidad: Responsabilidad, compromiso y conexión”, organizada por La Nación, donde destacó los proyectos de descarbonización de Ternium así como las virtudes de reciclabilidad infinita del acero.
La sustentabilidad como filosofía de gestión estratégica para las empresas fue el corazón temático del panel del que participó José Fonrouge, director global de sustentabilidad de Ternium, en el marco de la jornada “Sustentabilidad: Responsabilidad, compromiso y conexión”, organizada por La Nación. Junto a directoras de sustentabilidad y comunicación de empresas como Nestlé, L’Oreal y Unilever, Fonrouge aportó la visión de la industria del acero respecto del camino hacia la descarbonización, coincidiendo en la importancia de involucrar a los consumidores y a toda la cadena de valor en el propósito sustentable, así como de que las empresas apuesten a la innovación y la ciencia en sus acciones para reducir la huella de carbono.
“Los últimos años han sido muy activos en materia de sustentabilidad. En 2024, en Ternium publicamos por segunda vez el compromiso de descarbonización de cara a 2030, que implica una reducción del 15% de nuestras emisiones específicas de CO2”, explicó Fonrouge. “Esto incluye los distintos alcances desde el de las emisiones directas que ocurren en nuestras plantas, el alcance en terceros como, por ejemplo, los que producen energía eléctrica que nosotros consumimos; y otras emisiones de proveedores de nuestras materias primas”. Como pasos concretos de este objetivo, Fonrouge presentó dos proyectos que enorgullecen a Ternium. Uno de ellos es el Parque Eólico Vientos de Olavarría donde Ternium invirtió 220 millones de dólares. “Sus 22 aerogeneradores de 130 metros de altura permiten que hoy se reemplace el 90% de la energía que compramos de la red”, comentó. Por otro lado, compartió el cambio de ruta con las últimas tecnologías disponibles en el mundo para la producción de acero, que marcarán un hito a partir de 2026 en la planta de Pesquería, México. “La planta comenzará a producir con arco eléctrico para fundir chatarra y mineral de hierro a base de gas natural, con una huella de carbono significativamente más baja que la que se genera en el 70% del mundo. Nos permitirá capturar CO2 de nuestros propios procesos, llevando el CO2 hasta grado alimenticio y vendiéndolo a empresas de gaseosas”, explicó. “Esto es economía circular, es negocio, nos ayuda a bajar costos y a la vez, al ambiente. Este tipo de acero ya es pedido por los consumidores más sofisticados, como la industria automotriz”.
El círculo virtuoso
Consultado sobre cómo el acero puede aportar a un mundo más sustentable, Fonrouge reconoció que, si bien la producción de acero representa en volumen el 8% del CO2 emitido por causa del hombre, también es parte de la solución: “no hay energía renovable que no dependa del acero, no hay sustentabilidad ni procesos clave para la descarbonización en el mundo que no lo incluyan. Basta pensar en la movilidad con autos eléctricos o autónomos en el futuro, que hoy está siendo pensada a partir de aceros más sofisticados, livianos, con menos huella de carbono”.
“Descarbonizar tiene un costo alto en nuestra industria, pero en términos de reciclabilidad, el acero es virtuoso porque es infinitamente reciclable”, remarcó el director de sustentabilidad global de Ternium. “No hay pérdida de sus propiedades físico químicas, entonces desde latas de conserva a un auto en un plan canje o un electrodoméstico de línea blanca al final de su vida útil, vuelven a nuestras acerías: nosotros compramos ese acero al mercado para hacer acero nuevo, desplazando materias vírgenes y eliminando consumo de energía eléctrica, gas natural o carbón de ese proceso”, agregó.
En el panel se esbozaron además distintas estrategias para acelerar la transición energética y continuar dando impulso desde el sector privado a los planes de descarbonización y de propósito sustentable. “Creo que el secreto para todas las industrias es que las políticas públicas establezcan reglas claras, sólidas y estables en el tiempo, que generen buenos escenarios de rentabilidad –sin impuestos agresivos, sino incentivos para bajar costos- para que las empresas inviertan en innovación de cara a la descarbonización”, observó Fonrouge.
Como cierre del panel, los empresarios presentes coincidieron en que es importante un enfoque sistémico para cambiar la cultura del consumo. “Al consumidor le diría que se anime a elegir un producto más sustentable porque es hacer lo correcto, es hacer algo distinto a lo que estamos acostumbrados, optando por el menor impacto para cuidar el ambiente que todos disfrutamos, y también mirando el futuro”, finalizó.